La OIG evaluó los controles del DDEC sobre transferencias electrónicas ACH. Se detectaron deficiencias en adiestramiento, seguridad de sistemas y validación de cuentas. Estas fallas permitieron un esquema de fraude por correo electrónico que resultó en la pérdida temporal de $2.7 millones, luego recuperados. Se emitieron recomendaciones para fortalecer los controles internos y prevenir incidentes similares.
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