La Oficina del Inspector General (OIG) recibió una denuncia sobre una empleada del Departamento de Educación que presuntamente manipulaba su registro de asistencia. Se alegó que tomaba tiempo excesivo para desayunar y almorzar, y que su supervisora registraba sus entradas. La OIG evaluó registros de asistencia, expedientes y entrevistó personal del área de informática. No se encontraron irregularidades ni evidencia suficiente para iniciar una investigación. Se concluyó que las alegaciones no fueron validadas, aunque se reconoció la falta de controles internos y supervisión efectiva en el DE. Se cerró el trámite administrativo, sin descartar futuras acciones si surge nueva información.
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